En esta oportunidad La Gazetka visitó a una dama que ha hecho mucho por la comunidad polaca en el Perú, mujer de gran entrega y entusiasmo, que constantemente puso al servicio de Dom Polski y por supuesto en actitud de servicio y entrega a todos los polacos y sus descendientes; nos referimos a Krystyna Ciapciak Riedel de Vergara, la que nos recibió con mucho cariño y alegría, porque según fueron sus palabras: “Dom Polski no la ha olvidado ni abandonado”; por lo que nos brindó su total atención y colaboración.
Ella es y se siente cien por ciento polaca, a pesar de que según lo manifiesta, por accidente del destino, puesto que por circunstancias que no vienen al caso, nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina un día 27 de Febrero, pero anecdóticamente, en sus documentos peruanos, por su matrimonio, le cambiaron la fecha, y le asignaron sin saber el por que una fecha que no es la suya, el día 27 de Julio.
Sus padres fueron Juan Ciapciak y Emilia Riedel, y Krystyna es la menor de sus hijos, todos en su familia nacieron en Varsovia, y sólo ella por cosas de la vida, nació en Buenos Aires, pero eso no quita el que se sienta varsoviana por completo. Nos cuenta que su niñez la pasó en Varsovia, ciudad a la que llegó a cuando tenía dos (2) años así que pasó desde esa edad tan temprana los rigores y horrores de la guerra en plena ocupación por los nazis, que tenía un sistema de opresión y terror al que tenían sometida a la población; ya que eran prácticamente “cazados” en las calles y sacados de sus casas, hambreados, diezmados y encarcelados o en algunos casos llevados al interior de Alemania para realizar trabajos forzados.
En el año 1944, Varsovia se levantó en armas contra los nazis en una lucha solitaria por las calles y casas de la ciudad, en esa oportunidad vio por última vez a su hermano Stach quien se despidió para ir a defender “La Ciudad Vieja” y fue entonces que se enteró que su otro hermano que era marino había muerto en Inglaterra dos años antes, en 1942.
Al poco tiempo de iniciado el Levantamiento de Varsovia, los nazis entraron en su vecindad y separaron hombres de mujeres y niños, los sacaron caminando a través de la ciudad, que estaba en llamas y con el espectáculo aterrador de ver la ciudad en llamas, con cadáveres sembrados por las calles y a los hombres los asesinaban a la entrada del edificio, la caminata terminó al día siguiente en Pruszków en donde fueron concentrados atrás de alambradas de púas.
Luego de algunos días fueron embarcados en vagones de carga y ganado, encerrados, rociados con cal y fueron llevados a Alemania para realizar trabajos forzados, los polacos eran identificados porque le pintaban una “P” en el pecho. A los nueve meses fueron liberados por el ejército francés y luego ubicados por los americanos en los cuarteles del ex-ejército alemán en Ludwigsburg; donde se constituyó una “Pequeña Polonia” allí contaban con una iglesia, colegio, coros, comedor, scoutismo, campamentos del IMCA, todo se realizaba en el idioma propio, el polaco, además presididos por su propia bandera polaca.
En el año 1948 llegó al Perú en compañía de su madre, Doña Emilia, y encontrándose con la hermana de su padre que vivía en el Perú desde 1929. Desde que llegaron a la ciudad de Lima, se integraron con la comunidad polaca, con la que celebraban las fiestas como el 3 de Mayo y el 25 de Diciembre, en el país no había representación polaca a nivel diplomático, pero se mantenía contacto con el consulado polaco en México, de donde recibían las ediciones de: “Dziatwa”, “Kraj” y también “Polonia”.
En el año de 1972, estando ya casada con el doctor Jorge Vergara, del cual hace un tiempo enviudó, acudió a la invitación radial del consulado polaco en Lima, y al dar respuesta a una pregunta que le hicieron, respondió así: “Polonia es mi patria cualquiera que sea su color político y los hombres que la dirigen merecen mi consideración y respeto".
Desde que se inició Dom Polski, participó activamente en las celebraciones de las fechas importantes, enseñando a los jóvenes y niños las canciones y danzas típicas polacas, y en forma especial puso su entusiasmo y entrega en la celebración del 40 Aniversario del Levantamiento de Varsovia; actuando en varias oportunidades en forma directa como miembro de la Junta Directiva de Dom Polski.
Su colaboración y entrega a la comunidad polaca y a Polonia, la llevó a conducir entre los años 1986 al año 1992, un programa radial titulado “Historia y Música Polacas”, actividad que fue muy apreciada por los polacos y sus descendientes y que le brindó muchas satisfacciones, como el caso de un joven que en una reunión le reconoció la voz y le dijo: “Yo estudio la historia de Polonia”, al preguntársele donde contestó: “En sus programas, señora”.
Es digno de ser mencionado el hecho que en el año 1985, cuando se realizó la visita del Santo Padre, el Papa Juan Pablo ll, con un coro de 2000 voces se cantó “Góralu” y “Sto lat”, además el coro de Aero Perú, línea que trasportaba al Papa, aprendió a cantar “Góralu” y “Czarna Madonna” y las hostess peruanas se dirigían al Papa en polaco, cosa similar ocurrió en su segunda visita, por lo que el Papa dejó encargado que se le entregara un ROSARIO a la persona que les enseñó el polaco, lo que representa para ella un invaluable y grato recuerdo.
También por esa actividad y su constante participación en las actividades de la comunidad polaca y especialmente en Dom Polski y en su magnífico programa que se hace añorar el no tenerlo ahora; ha recibido el reconocimiento de Polonia en varias oportunidades:
En 1984 recibió la Medalla de Plata de la Orden al Mérito de la República Popular de Polonia.
En 1991 una condecoración en Reconocimiento a la labor por la Cultura Polaca.
En 1998 La Cruz al Mérito de la República de Polonia en grado de Oficial.
Nos comenta que visitó Polonia y en especial a su amada Varsovia, 37 años después de que fue arrancada de su querida patria, y que en su última visita, llegó a conocer el Museo del Levantamiento de Varsovia, lugar que la llenó de recuerdos de esa dolorosa época pasada lo que la llevó a derramar lágrimas al rememorar los acontecimientos vividos en esa oportunidad, y le pide a Dios que no se repita y que nadie tenga que pasar por momentos tan tristes y desgarradores.
Al referirse a la Gazetka , nos dice que la recibe y que la llena de satisfacción la forma en que se presenta actualmente, llevando más información y fotografías, lamentando el que en esta última las fotos sean tan pequeñas por su aglomeración, que no se puede apreciar quienes están en ella, pero aun así le gusta nuestro nuevo formato y desea que sigamos así y de ser posible, poder ampliar su contenido para así atraer a más integrantes de nuestra comunidad polaca en el Perú que se integren a Dom Polski, especialmente a los jóvenes que deben imprimir su empuje y entusiasmo a la Asociación.
Carlos Barycki Angulo
De la serie: “Conociendo a nuestros compatriotas”
Publicado en la Gazetka "Dom Polski"
Lima, Perú.
Nota: En marzo del 2011 se publicó el libro "Mi pequeña Polonia" de la autoría de la Sra. Krystyna Ciapciak de Vergara, en el que ésta narra sus memorias.
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